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Perseguido por las deudas y resentido porque su esposa lo abandona para cumplir su sueño de ser independiente conduciendo un minibús, el padre de Cristian finge el secuestro de sus propios hijos encerrándolos en una casa en las afueras de La Paz. Cristian y su hermano Tavo tendrán que convivir con un grupo de chicos del barrio y con la gata Chikorita, y con el paso de los días la vacación forzosa irá mostrando un costado más inquietante: el mundo de los niños es un laboratorio en el que se ensaya la amistad, pero también la masculinidad y la violencia.
El rehén ofrece un retrato complejo de las relaciones entre padres e hijos, lejos de los lugares comunes y sin rehuir sus contradicciones, y narra la Bolivia plebeya en un lenguaje chispeante y vital.
“Esta es una historia breve y potente sobre la familia, la pobreza y el transporte público que se narra, ocurrente e incisiva, desde la mirada de los hijos. Es decir, es una historia sobre cumbia, miedo y deseo que se atornilla en la niñez y la adolescencia como en el territorio pro?digo y frágil que nos contiene y muchas veces nos define”. – Sebastián Antezana
“La escritura de Gabriel Mamani Magne sorprende una vez más con el ojo agudo con que mira la cotidianidad para descubrir en ella una revelación. ¿Cómo se reconstruye la imagen de un padre: ¿alguien gigante, alguien ebrio, alguien llorando, alguien cuyo lugar se anhela?
El autor nos enfrenta con la mirada de un niño que experimenta a la ‘mamá chofer, mamá abandono’, juntando en ese doblez la potencia femenina de emanciparse y el costo de un hijo que debe quedar atrás. Así se aprende de la hombría y de los modos como la familia nos retiene o nos expone a la orfandad del mundo que, en verdad, comenzó en casa”. – Mónica Velásquez Guzmán
