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Volver a la tiendaLa muerte en esta novela es el trofeo de la vida. Llega, si es merecida, a los que saben apropiársela, sin que, como advierte la autora, “nadie la coloque sobre nuestra cabeza como una vergüenza irreversible”. De eso se trata Ganarse la muerte, de una carrera inconsciente para derribar o asumir un sistema; de un quejido solitario que apenas rasga la insobornable fortuna. Cledy pasa por el orfanato como por todas sus posteriores casas: llorando, y va por la vida como por un campo minado de besos incestuosos y miradas desviadas. La salva el dolor de no saber ni siquiera cómo se hace mujer.